0:6A través del desarrollo de la civilización, los grandes pensadores y líderes han acentuado no sólo la importancia de la educación sino que han avanzado prescripciones sobre qué constituye una "buena" educación. Muchos clasificaron la formación moral como igual en el proceso educativo a la adquisición del conocimiento formal y del desarrollo de la sabiduría y de la conprensión. Hoy, a fines del siglo veinte, la misma pregunta que ocupó a pensadores locales o nacionales -¿Cual es la educación apropiado?- nos disgusta en una escala global. Mientras que de hecho puede ser reconocido ampliamente que la prosperidad del mundo depende de la proporción de su educadación, influyentes, e importantes personas -ambas mujeres y hombres- no hemos puesto satisfactoriamente los medios para hacer esa prosperidad deseada una realidad.
Throughout the development of civilization, great thinkers and leaders
have not only emphasized the importance of education but have advanced
prescriptions regarding what constitutes a "good" education. Many
rated moral training as equal in the educational process to the
acquisition of formal knowledge and the development of wisdom and
insight. Today, at the end of the twentieth century, the same question
that occupied thinkers at the local or national level-what is a proper
education?-vexes us on a global scale. While it may indeed be broadly
recognized that the prosperity of the world depends upon the
proportion of its educated, enlightened, and principled peoples-both
women and men-we have not satisfactorily implemented the means to make
that desired prosperity a reality.
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